«Ya no habrá día que no mire a las estrellas y no te recuerde, no habrá día en que mire para Anocheza y recuerde esas noches de conversaciones a la luz de las velas. Tantas cosas que aprender, tanto tatami en las venas, tanta pasión compartida con tantos de nosotros.
Nos queda el consuelo de que queda tras de ti un gran legado de grandes judokas, y mejores personas, ejemplo de un andar el camino de manera ejemplar.
Como siempre, no valoramos lo que tuvimos a golpe de teléfono hasta que lo perdimos.
Espero haber podido ser merecedor de todo lo que me enseñaste, y ahora seguiré aprendiendo de ti a través de los recuerdos que tengo, y los que sé que compartiré con tu familia, tus alumnos y tus amigos.
Gracias por tanto, amigo Pedro.
Seguiremos el legado.»
Javier Yanes