¿QUIÉN FUE EL HERMANO RAMÓN?
-Nació en San Sebastián de la Gomera el 13 de marzo de 1913. Sus padres: Buenaventura y Concepción.
-Hacia 1925 vino con su familia a vivir a La Laguna.
-Fue alumno del Colegio Nava-La Salle.
-Completó sus estudios de Bachillerato en el Instituto de La Laguna.
-En 1929 decide ser Hermano de las Escuelas Cristianas y marcha a la isla de Mallorca (Pont d´Inca) a iniciar su formación en la vida religiosa y a prepararse para su misión posterior.
-Comienza su tarea educativa en el Colegio San Isidro de La Orotava el curso 1931-32.
-El siguiente año, 1932-33 desempeña su misión en Arucas (Gran Canaria).
-Vuelve al mencionado colegio de la Orotava hasta el curso 1934-35.
-El 24 de diciembre de 1935 inicia su labor en el Colegio Nava-La Salle de nuestra ciudad. Más de 65 años. En la calle de La Carrera, hasta 1982. Desde entonces, hasta el año 2001 en el Barrio de La Verdellada.
-En junio de 1975 el Municipio de La Laguna da su nombre a una calle del Barrio de La Verdellada.
-El día 28 de abril de 1989 el Ayuntamiento, en sesión ordinaria, adoptó por unanimidad y aclamación, concederle la Medalla de Plata de la ciudad de La Laguna.
-Le fue impuesta el día 4 de noviembre del mencionado año.
-Ha recibido distintos homenajes por parte de antiguos alumnos y amigos en distintas ocasiones. Entre ellos destaca el organizado por la Cofradía del Nazareno el 25 de mayo de 1991.
-El día 2 de diciembre de 1994 el Club de Leones de La Laguna le hace entrega del “Premio Juan Rodríguez al Servicio 1993-94).
-El día 1 de abril de 2001 el Ayuntamiento de La Laguna le concede, por unanimidad y aclamación el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad. En el mismo acto, por iniciativa de una Comisión de Antiguos Alumnos y secundada por la Corporación municipal, se descubrió una escultura en su honor, en la Plaza de los Capitanes Generales, obra del escultor don Fernando García Ramos.
-Falleció el día 2 de diciembre de 2002 en la Residencia de los H.H. de las Escuelas Cristianas (“La Salle”) en GRIÑÓN (Madrid).
Fue una institución en toda regla, dentro de la comunidad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, situados desde 1916 en la calle de la Carrera bajo el patrocinio de la Familia de Nava, que creó una fundación para la enseñanza de los niños necesitados.
Los que tuvieron la ocasión de estudiar en el Colegio Nava de La Salle, alla por los años cuarenta y poco, supieron de la rudeza de la enseñanza de la época, de la disciplina según la voluntad de algún hermano que pudo tener grados de hosquedad, o simplemente la comprensión y el afecto que dimanaba de la bondad esencial del hermano Ramón, que conocía con detalle los entresijos familiares de todos los críos del colegio a los que ayudaba, para los que siempre tenía palabras de consuelo y nunca se le vio alterado en la voz ni en el gesto.
Sin duda, el hermano Ramón fue una institución que ocupó durante más de cincuenta años la puerta del colegio en festivos o laborales, dio consejos a padres y a alumnos, ayudó a quien tuvo necesidades y formó a muchas generaciones que al final de sus días le demostraron su afecto propiciándole un escultura de tamaño natural que ha venido a ocupar un recinto municipal de la Calle de Viana, en las inmediaciones del edificio escolar y realizada por suscripción popular. Así mismo dio nombre a una calle en las inmediaciones del colegio en La Verdellada y obtuvo del Ayuntamiento la Medalla de Plata de La Laguna en reconocimiento a sus desvelos sociales. Es difícil olvidar de un ser humano tan generoso como fue el hermano Ramón que el final de sus días lo vio en Griñón y la familia de la Salle lo trasladó a La Laguna, ya que al ser natural de La Gomera pudo ser enterrado cerca de los suyos. El hermano Ramón fue velado por sus antiguos alumnos en el salón de plenos del Ayuntamiento en 2002, en un acto que honra a quienes le mostraron su respeto de por vida.
Yo no tuve la suerte de conocerlo, cuando entre a trabajar en el Centro LA SALLE LA LAGUNA, fueron sus últimos años de vida, pero dejó impregnada en la figura de muchos profesores que hoy siguen ejerciendo, ese talante de bondad, de comprensión, de familiaridad, en un colegio que, aún en pleno casco lagunero, mantenía ese aire de pueblo, donde todos nos sentiamos parte de una familia y donde sabías que podías contar con cualquiera.
Entre a trabajar con apenas veintipocos años, para dar clases de Judo y Karate; más tarde acabaría trabajando de ayudante en el comedor. Es aquí donde realmente observo lo que el espíritu del Colegio y la influencia del Hermano Ramón, consigue en los niños y en sus familias, y empiezo a reeducarme, y a hacerme un seguidor de este centro.
Muchas veces, estoy dentro del tatami y estoy dando una clase, o estoy haciendo una actividad, y me pregunto….. ¿por que hago esto o lo otro?, y veo la influencia que han tenido los años de trabajo que he podido compartir en este colegio. Un colegio en el cual cuando has tenido un problema siempre te ves arropado por todos, donde las personas mantienen la palabra, donde la gente antes que nada son personas, y ayudan a los demás. Toda esa influencia la fui trasmitiendo a los chicos que entrenaban conmigo, y nos hemos transformado en el equipo que somos.
Nunca he creido que para enseñar, sea necesario tener titulaciones. Muchos de mis compañeros, como fueron Jose, Adela, Mirta, Rita, Vivi, Cristo, Santi, Teixi, Foncho…. con los que compartía tareas, me enseñaron más de las personas y de como llegar a los niños, que cualquier curso de Maestro de Judo que hubiera organizado la Federación.
Mucho de los aspectos que hoy rigen en el Dojo ATIS TIRMA, están claramente influenciados por estos años en los cuales he podido compartir experiencias dentro de este centro.
Quiero que este pobre artículo represente mi agradecimiento a todos cuantos trabajan en el Colegio LA SALLE LA LAGUNA, y mi respeto y admiración hacia la figura del Hermano Ramón.